Cuando los hijos empiezan con sus preguntas… Mamá, mamá ¿porque papá discute mucho contigo?, Mamá ¿porque nunca están de acuerdo?, Mamá ¡¿porque papá te dice tonta o dice que no se puede hablar contigo? ¿Por qué papá siempre está enojado? ¿Por qué papá dice que no sabes nada, que vos no podes hacerlo? ¿Por qué discuten tanto si él no te quiere escuchar? ¿Por qué papá está feliz cuando salimos con otros pero en casa no? O ¿ Por que mamá siempre dice que le duele la cabeza?, Papá ¿Por qué mamá grita todo el tiempo o está enojada con vos? ¿Por qué hablan los dos a la vez sino se escuchan?.
En estos casos nuestros hijos ya nos están advirtiendo que la relación no funciona y uno no quiere escuchar lo que ellos perciben, lo que está pasando en la pareja, lo que está pasando entre nosotros. Así es la vida a veces nos cuesta ver nuestra realidad, creemos que todo está bien, que ese trato era “normal”, nos acostumbramos al maltrato y sin querer caemos en el juego de querer darle explicaciones al otro, de querer convencerlo de que está actuando mal y ahí surge otra discusión y más gritos. Y no nos damos cuenta que dañamos a lo más preciado que tenemos que son nuestros hijos. Pasa también de la mujer al hombre cuando la mujer nunca está conforme con él, el maltrato puede venir de un lado o del otro. Pero nuestros hijos lo perciben todo, por eso debemos estar atentos a sus reclamos, a sus palabras, a sus “berrinches” porque ellos ven la realidad que a nosotros nos cuesta aceptar.